Archivo de la categoría: Educación

862 Valencia y el auge del voluntariado social

La inteligencia artificial frente al pensamiento limitado. La comida chatarra frente al vegetarianismo. El ahorro frente al consumo desmedido. La eternidad de lo escrito frente a la fugacidad de la imagen. Niños ensimismados ante su PlayStation frente a niños que devoran los clásicos de la literatura.  Posiblemente, estas contradicciones, tan familiares al vértigo cotidiano, hicieron que Dave Eggers y Nínive Calegari fundaran 826 Valencia en 2002.  Con sede en San Francisco, esta organización sin fines de lucro fomenta el voluntariado social al mismo tiempo que permite que niños desde los seis a los dieciocho años puedan lanzar sus propias publicaciones literarias y comics.


Vivimos en un mundo donde todo se rige por la tecnociencia y la economía de mercado. Un universo donde se dice más de lo que se hace mientras se lee tanto como se escribe. No hay menos lectores ni menos escritores en el siglo XXI. Contrariamente al pensamiento de algunos apocalípticos, las nuevas tecnologías requieren una mayor disposición a  la lectura. Desde hace un tiempo, el libro, las revistas y el periódico han agregado otros artefactos para la transmisión del género literario. Ahora la gran red de redes es la vedette indiscutida en este show de lectores, ávidos de voyerismo y de escritores, deseosos de exhibirse. Con el consabido manejo del marketing que tiene el país del Norte, el escritor Dave Eggers y la educadora Nínive Calegari buscaron una alternativa solidaria para combatir la procrastinación internauta.

El cometido de Eggers y Caligari ha trascendido la enseñanza de técnicas de escritura a niños de seis a dieciocho años. Además, este centro de San Francisco ha generado todo un movimiento cultural, que ha concentrado tutores voluntarios, dispuestos a ofrecer su tiempo para promover las habilidades de incipientes escritores. Conscientes que los maestros de San Francisco estaban abrumados por el crecimiento del número de alumnos en sus aulas y la imposibilidad de transmitir información de calidad, fundan esta organización sin fines de lucro, que cada mes recluta nuevos tutores y mentores voluntarios. Tras el mito del sueño americano, que todo lo puede y todo lo compra, también surgen contra-movimientos que apelan a la unión y la solidaridad, construyendo los cimientos del nuevo voluntariado social. Si el tiempo es un bien escaso en este nuevo mundo, los educadores de 826 Valencia destinan parte de sus horas libres para impartir clases a estos niños.

Mientras Calegari se ha centrado en la faceta didáctica de la organización, Dave Eggers ha sido la imagen y principal promotor del proyecto en los medios y la opinión pública. Eggers es una figura prominente en la escena literaria de su país. Escritor bestseller con su primer libro A Heartbreaking Work of Staggering Genius. Su segunda novela  Ahora sabréis ha sido publicada hace unos años. Finalista del premio Pulitzer, Eggers fundó además  McSweeney’s,  un proyecto formado por una web, una editorial y la revista The Believer, cuya editora es su mujer, la también escritora, Vendela Vida.  Si a esto sumamos, su activismo en derechos humanos, su creencia en los beneficios del  trabajo comunitario, no quedan dudas que ha sido uno de los contrincantes más severos que ha tenido George W. Bush durante su mandato. Cuando el gobierno de Bush Jr. pretendió recortar los fondos a AmeriCorps, organismo que financia los principales programas de voluntariado de Estados Unidos, Eggers no dudó en manifestar su libertad de expresión en el país más democrático del mundo. “Hay que señalar que los cien millones de dólares que podrían salvar a AmeriCorps es inferior a una décima parte de lo que gastamos en Irak cada semana”, escribió en una de sus columnas en McSweeney’s.

Pero Eggers también es un hombre de acción y la teoría la expresa más concretamente en sus libros y artículos. En la práctica, anda muy inmerso en este universo de contradicciones. Por tanto, Eggers no ha dudado de buscar por sí mismo las ayudas y los financiamientos cuando así lo han requerido sus emprendimientos editoriales aunque no ha descuidado la libertad creativa. Posiblemente, ese ser libre e independiente lo ha llevado a creer fervientemente en la fuerza de la solidaridad, la cooperación y el voluntariado para que los estudiantes mejoren su formación y estén preparados para el competitivo mercado laboral.

En las noches y durante los fines de semana, el centro 826 Valencia propone una gran variedad de talleres de escritura gratuitos para escolares y estudiantes de Instituto. En esas clases, los niños y adolescentes aprenden a escribir ficción, no ficción además de aprender ilustración, diseño, maquetación y el arte del debate. Impartidos por escritores, editores de revistas, maestros y directores de cine, 826 Valencia es la cara amable y bonita que combate la mediocridad del sistema educativo americano, tan reverenciado a nivel universitario pero tan vapuleado a nivel escolar. Posiblemente, conscientes de la precariedad de la formación en esos primeros años,  Eggers y Calegari buscaron cubrir diversas áreas que los programas educativos oficiales no suelen incluir.

La variedad de programas gratuitos que ofrece 826 Valencia se desarrollan a lo largo del año escolar y también en los meses de verano, lo cual incluye asistencia por parte de tutores especializados, trabajos de campo, talleres de diversos temas y publicación del trabajo de los estudiantes.

Además del progreso de 826 Valencia en San Francisco, en los últimos años Eggers ha reclutado voluntarios para operar programas similares en Boston, Chicago, Los Ángeles, Nueva York, Michigan y Seattle. Esta propagación del programa de Eggers y Calegari viene a contrariar también el ánimo de los cultores del egoísmo e individualismo. En este túnel en el cual nos hemos metido, no sólo hay números, parece que también hay letras y seres ilustrados, que nos marcan el camino.

(C) Leticia Brando, 2011. Toda reproducción del texto puede ser realizada siempre que se cite el texto original.